Ha llegado la última moda relacionada con la revolución tecnológica, vender el iris y, esta vez, a cambio de criptomonedas. En algunos centros comerciales hay colas de personas, algunas de ellas menores de edad.
Casi dos millones de personas ya están registradas en Worldcoin, la empresa del creador de ChatGPT, Sam Altman, que regala criptomonedas a cambio del escaneo del iris.
Esta compra de información biométrica provoca cierta preocupación. De hecho, ha sido la Autoridad Catalana de Protección de Datos (APDCAT) quien ha señalado a través de un manifiesto el riesgo de esta práctica.
Worldcoin fija en Barcelona su centro de operaciones para Europa. La compañía, cofundada por Sam Altman, escanea los ojos de los usuarios “para crear una identidad digital que certifica la unicidad de cada persona”. Su tecnología distingue personas frente a robots.
La realidad es la venta del iris requiere cierta prevención legal antes de dar el paso. Como toda transacción, la venta de estos datos requiere de una base jurídica para llevarse a cabo, pero en este caso no es suficiente con el consentimiento explícito.
Hay la obligación de informar a las personas de diferentes aspectos para que sean plenamente conscientes de las consecuencias que pueden derivarse del tratamiento de su información.
Las organizaciones que representan a las empresas de gestión y propiedad de los centros comerciales deberían tomar cartas en el asunto y recomendar un protocolo de actuación para evitar problemas que se pueden plantear.