Las cuentas del Gran Capitán

Llegan al Congreso los Presupuestos Generales del Estado

Las cuentas del Gran Capitán

Por Jack Miur.

La tradición ha hecho que citemos al Gran Capitán cuando hay que referirse a las cuentas en las que figuran partidas exorbitantes o, tal vez, incluidas en la contabilidad sin la debida justificación.

El tema viene de lejos, cuando las discutidas cuentas que el general don Gonzalo Fernández de Córdoba (1453-1515), de sobrenombre ‘Gran Capitán’, presentó a los Reyes Católicos, después de haber conquistado para ellos Nápoles y Sicilia.

Tras una lucha encarnizada, el Gran Capitán logró de manera consecutiva las victorias de Seminarata, Ceriñola y Garellano, dando la victoria a España. Concluida la campaña de Italia, los Reyes Católicos exigieron cuentas a su general, quien tal vez no contaba con este escalón en su aventura.

Entre las partidas había algunos que se podían considerar previsibles como “Diez mil ducados en pólvora y balas” y otras menos evidentes como “Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas”, aunque a juzgar por el fervor de la época, se podían aceptar.

Otras partidas aludían a necesidades menos prosaicas como “Cien mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de sus enemigos tendidos en el campo de batalla”. Pero la que seguramente provocó el enfado de sus católicas majestades fue la última “Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le había regalado un reino”.

Los Presupuestos Generales del Estado que acaba de presentar el Gobierno en el viejo caserón del Congreso no se parecen a las cuentas del Gran Capitán o puede que sí. Mientras, esa mirada de los leones de la Carrera de San Jeronimo, que tanto han visto y tanto saben porque a tantos han visto pasar, nos transmite una cierta metafora complice y de agudo olfato que puede resultar una pista valiosa y, con toda seguridad, esclarecedora. Veamos…

Los presupuestos para los jóvenes sólo dedican un 3% del total, 15 veces menos que a las pensiones. Aquí está el primer debate. Dedicar dinero a los mayores o impulsar que los jóvenes encuentren trabajo y acaben pagando las pensiones.

Olvidamos a los jóvenes

Según indica el Gobierno, son “unos presupuestos para los jóvenes, la garantía más sólida del futuro y progreso de las sociedades”, asegura el libro amarillo, que les dedica 12.741 millones de euros, una cantidad 15 veces inferior a los 190.685 millones que recibirán todas las pensiones. El grueso de las inversiones se lo lleva el apartado de Educación, que recibe 3.360 millones, 379 más que el año pasado.

Para pagar los gastos hay que subir la recaudación por algún lago y el ejecutivo ha encontrado cómo. Subir las cotizaciones empresariales, lo que enfadado a la patronal, que  considera impresentable la subida sorpresa incluida en los Presupuestos.

Los presupuestos presentados por el Gobierno tienen en la protección social, su principal argumento y para financiar el gasto en pensiones, subsidios y ayudas, los ingresos generados por las cotizaciones sociales en 2023 crecerán a un ritmo mucho mayor que el empleo y alcanzarán 152.075 millones de euros, lo que supone un aumento del 11,5%.

El gasto social

Esta gran suma de dinero permitirá cubrir un 74,5% del presupuesto total de Seguridad Social, el organismo que gestiona la gran mayoría de prestaciones, subsidios y ayudas del Estado. Más que la evolución del empleo, la clave que explica la buena salud de la recaudación es la subida de las cotizaciones, como reconoce el propio Gobierno, un crecimiento influido por la elevación de las bases máximas de cotización y por el actual marco de crecimiento económico, según explica el ejecutivo.

Los Presupuestos del año que viene fijan un techo de gasto de más de 198.000 millones de euros, algo parecido a las cuentas del Gran Capitán, al incluir el aumento de sueldo de los funcionario, la subida de las pensiones actualizadas al IPC, más el gasto sanitario y nuevas ayudas a las familias y los parados.

Hacer previsiones está bien, pero tienen que cumplirse. Pedro Sánchez y sus vicepresidentas económicas calculan un récord en los ingresos tributarios con 18.000 millones de euros para completar hasta 262.000 millones.

Una cifra casi milagrosa, nunca vista, a la que se le sumarán las cotizaciones sociales . Todo ese dinero para financiar la subida de las pensiones, por valor de 19.000 millones al actualizarlas con el IPC. Pero además, en efecto, aumentará el sueldo de los funcionarios entre un 2,5% y un 3,5%.

En general, subirán casi todas las partidas, salvo los servicios de carácter general y el gasto por desempleo. Las cuentas proyectan aumentos del gasto en vivienda, becas, plazas universitarias para futuros médicos, cultura, igualdad o servicios sociales, como dependencia o el ingreso mínimo vital. Además, está previsto que se mantenga como política estructural, la gratuidad de los trenes de cercanías, media distancia y Rodalies.

Control de la economía

Las cuentas del Estado, los presupuestos se convierten cada año en una herramienta fundamental para el control de la economía y el impulso decisivo para la innovación y el progreso. Desde los egipcios y seguramente desde antes, las civilizaciones han hecho sus presupuestos para ajustarse a las previsiones de gasto con los ingresos necesarios, aunque siempre se han  producido desviaciones e incumplimientos. Por ello, los gobiernos han creado departamentos del presupuesto que controlan con mano ferrea el gasto y la asignación de recursos.

El Gran Capitán sorprendió con unas cuentas imaginativas que seguramente dejaron estupefactos a sus reyes, pero no le impidieron seguir demostrando sus habilidades en otras materias. Las grandes batallas y las gestas militares siempre han sido origen para el gasto incontralado, la falta de rigor y el descontrol en la contabilidad. Algo parecido se produce en la necesidad actual de abordar gastos sociales crecientes que, aseguran los analistas políticos, se traducen en apoyo electoral cuando se acerca en el horizonte el momento de abrir de nuevo las urnas.

A veces se echa de menos la figura mítica del profesor José Barea que desde el ministerio de Hacienda y más tarde desde la oficina presupuestaria de La Moncloa ejercía un control espartano sobre el gasto.

Aunque casi siempre el éxito en la guerra silencia las críticas, no sabemos si hoy el Gran Capitán saldría indemne con sus famosas cuentas y, menos aún, si las controlara el profesor Barea.

 

 

 

Noticias sobre Retail España Revista Hi Retail | AdobeStock 3274687452
Previous post
Taller de Banca
Noticias sobre Retail España Revista Hi Retail | BOD0499
Next post
Westfield Parquesur inaugura su nueva etapa
Back
SHARE

Las cuentas del Gran Capitán