La tecnología está en el centro de todas las transformaciones, de todos los cambios, de todas las aplicaciones destinadas a que los ciudadanos encuentren lo que necesitan al alcance de un clic.

La tecnología avanza sin detenerse, casi sin pestañear cambiando de nuevo todos los entornos, alterando para siempre lo que habíamos conocido en una interminable sucesión de nuevas vicisitudes, aunque ya no generan tanta sorpresa, o tal vez sí. Es como si nos hubieramos acostrumbrado a esta dictadura tecnológica que todo lo puede y todo lo inunda.

El mundo del retail no puede permanecer aislado a un fenómero global sin vuelta atrás, pero al mismo tiempo, las características que le son propias han conseguido que el peso de lo real se mantenga con una fuerza que le otorgan una energía especial y que, al mismo tiempo, constituye su razón de ser.

Es evidente que las posibilidades de la tecnología y la Inteligencia Artificial aplicadas al retail son ilimitadas y, con toda seguridad, lo serán, aún más si cabe, en el futuro. Pero el retail necesita la presencia. Es decir, verse, tocar, sentir. Todo ello es precisamente su esencia y lo que busca el consumidor que necesita experiencias, que palpita con la vida que no le puede ofrecer el mundo virtual por mucho que se adapte y sea capaz de cumplir y alcanzar los objetivos más ambiciosos.

La tecnología está en el centro de todas las transformaciones, de todos los cambios, de todas las aplicaciones destinadas a que los ciudadanos encuentren lo que necesitan, cada vez más rápido, en cada escalón que se sube, más ágil, todo al alcance de un clic.

Una ciudad sin tiendas no es imaginable, sencillamente no es posible o, al menos, no es deseable. Es indudable que la civilización, la ciudad y el comercio siempre han avanzado por caminos paralelos, pero el orden de sucesión, establecido en el progreso ha experimentado una transformación acelerada sin parangón que nos traslada a un nuevo escenario innovador de consecuencias decisivas. El retail, como equilibrio entre la transformación que permite la tecnología y el modelo vital de siempre, contiene las claves para que las ciudades y la vida del futuro permitan y faciliten todo aquello que los ciudadanos siempre van a necesitar.