Los espacios, como las personas, deben iniciar una convivencia desde el respeto al otro. Este es el principal cambio al que estos espacios se comprometen desde el diseño inicial.
Los responsables de estos nuevos proyectos, como primeros interesados en el confort de sus usuarios, buscan que el compromiso con sus clientes no sea efímero. Los impactos visuales llamativos y el efecto sorpresa funcionan una única vez mientras que el respeto, el acompañamiento del espacio y los servicios que ofrecen al cliente producen un acompañamiento más a largo plazo y una sensación duradera de compromiso mutuo.
Además del respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad, otras acciones como garantía del espacio personal, la atención a mascotas o el soporte a personas con necesidades especiales, son imprescindibles para este compromiso.
No quiero decir con esto que no sea necesario esta primera impresión del cliente, sino que este impacto no perdura en el tiempo. Para atraer al cliente asiduamente es necesario el buen hacer de los retailers en sus espacios privativos, que es lo que produce la sorpresa en cada visita.
Si comparamos estos espacios con museos, contamos con la gran ventaja de tener colecciones cada pocas semanas o días que atraen al público. ¿Debe un museo ser más impactante que la obra que exhibe?
Se puede leer en el número de mayo de Hi Retail en la página 10.