Iniciamos hoy en Hi Retail una nueva entrega para los sábados y lo hacemos con un debate apasionante, ¿subir los impuestos o bajarlos y, a continuación, entrar a fondo en la cuestión para saber a quién? Esta es la pregunta.

Vivimos tiempos de zozobra y de acelerada subida de precios, lo que dificulta a muchas familias y ciudadanos llegar a fin de mes con algo en los bolsillos.

Pero además entramos en un año electoral, en una carrera acelerada de varias consultas decisivas. Primero municipales y autonómicas, para después concluir en unas elecciones generales que pueden cambiar el rumbo del país.

Por ello, los partidos y los especialistas se esmeran en presentar sus mejores argumentos a favor de una u otra tesis.

BCE

Al mismo tiempo, la pugna alcanza ribetes internacionales. Así, el economista jefe del Banco Central Europeo defiende subir impuestos a los más ricos y a las empresas más rentables. Philip Lane aboga por aumentar los tributos para proteger a los más vulnerables.

Hacienda

La ministra de Hacienda anuncia rebajas fiscales a rentas inferiores a 21.000 euros y un impuesto para fortunas de más de 3 millones, una propuesta impositiva del Gobierno para elevar la recaudación, subiendo impuestos, con el objetivo -afirma- de aliviar la carga a las rentas más bajas y el líder de la oposición no tiene reparos en tildar de “decepcionante” y escasa” esta bajada de impuestos porque no se aplica este año y deja fuera a las clases medias.

Pymes

A las pymes que facturen hasta un millón de euros se les aplicará impuesto sobre sociedades del 23%, en lugar del 25%.

El lío está servido. Empezaron algunas comunidades, como la andaluza, anunciando la supresión de algunos impuestos, como el que grava el patrimonio y otras autonomías se lanzaron sin reparos por la misma espiral.

Parece que el progresismo no quiere limitarse a lo hecho hasta ahora, con las ayudas del Estado a los llamados vulnerables. Era aquello que se resumía en “no dejar a nadie atrás”.

Pero los impuestos, se quiera o no, sí parecen tener ideología. La derecha para bajarlos y la izquierda para subirlos, aunque es verdad que hubo quien dijo aquello de “bajar impuestos también es de izquierdas”. Fue Rodríguez Zapatero en 2003 y algunos interpretes del entonces líder socialista afirman conocer lo que realmente quería decir en el sentido de que “no solo es derechas”.

También es cierto que hubo presidentes de derechas, después de prometer bajadas de impuestos, acabaron subiéndolos, aunque fuera como Mariano Rajoy, con el argumento de encontrase un país en bancarrota.

En todo caso, estamos ante un ciclo electoral y, cuando llegan las urnas, quien baja impuestos gana votos.

La curva de Laffer en una servilleta

La famosa curva de Laffer representa la relación teórica entre los tipos impositivos y los niveles resultantes de los ingresos fiscales del gobierno. Si bajan los tipos sube la actividad y, en consecuencia, la recaudación. Una teoría puesta en cuestión por los progresistas y que abrazan los liberales.

El economista Arthur Laffer se la dibujó en la servilleta de una cafetería a Ronald Reagan. Laffer fue incorporado al equipo de asesores económicos de Reagan, quien en 1981 realizó un importante recorte de impuestos y en 1986 realizó la mayor reforma del sistema impositivo de la historia de Estados Unidos, que incluyó una reducción de 50% a 28% de la tasa máxima aplicable a los ciudadanos.

Según sus críticos, la famosa servilleta está expuesta en uno de los museos más importantes de EEUU, el Smithsonian. La realidad es que pocas servilletas habrán tenido tanta influencia, aunque sus detractores que se trata de una de las grandes mentiras de la historia. A pesar de las críticas, todavía tiene cierto predicamento.

A quienes no entendían cómo podía el gobierno bajar los impuestos y a la vez recaudar más dinero, Laffer decidió pintárselo. La curva mostraba cómo a partir de cierto punto de subida de impuestos, el efecto era negativo en la recaudación porque desmotivaba el ahorro y la inversión.

El argumento de Laffer era que ciertos recortes de impuestos “se pagaban a sí mismos”. Es decir, que el efecto de la bajada de los tipos se veía compensado por el aumento de la actividad económica: se pagaba menos porcentaje sobre la riqueza de uno, pero como esa riqueza era mayor, todos ganan.

Reino Unido

En el Reino Unido, el ministro de Economía británico, Kwasi Kwarteng, anunció el viernes 23 de septiembre una serie de recortes fiscales entre los que se encuentran la reducción de impuestos sobre la compra de viviendas y la eliminación del tipo máximo que deben pagar las grandes fortunas. La Tesorería de su Majestad, conocido informalmente como el Tesoro británico estima que estos recortes acabarán con 45.000 millones de libras de ingresos anuales en los próximos cinco años.

El Instituto de Estudios Fiscales de Reino Unido, una organización independiente especializada en impuestos y políticas públicas, ha publicado un informe en el que asegura que se trata del mayor recorte fiscal en medio siglo. Pese a que esta reducción afectará a todo tipo de rentas, llegando a instaurar un tope de 2.500 libras al año en las facturas de energía, los mayores beneficiados serán los ricos.

El ministerio de Kwarteng ha decidido que el tipo máximo del impuesto sobre la renta que afecta a los que ganan más de 150.000 libras anuales, sufra una rebaja del 45% al 40%, lo que supone un ahorro de aproximadamente 10.000 de libras. En estos momentos cerca de 600.000 personas contribuyen con el tipo impositivo más alto, algo más de un 1% de la población británica, según cálculos del IFS. Esto quiere decir que las personas que ingresen más de un millón de libras anuales obtendrán 40.000 libras más.

La libra se hunde

La consecuencia inmediata ha sido el hundimiento de la libra, que ha obligado al Banco Inglaterra a comprar deuda británica, que se hará cargo de la deuda pública británica derivada del plan de recortes fiscales, en un intento de estabilizar el mercado.

Por ello, ha llegado a señalar que “si la disfunción en este mercado continuara o empeorara” por culpa del incremento de la prima de riesgo, “habría un riesgo material para la estabilidad financiera del Reino Unido”.

Este problema daría lugar a un “endurecimiento de las condiciones de financiación” injustificado y a “una reducción del flujo de crédito a la economía real”.

Para tratar de solucionar esta situación, la institución llevará a cabo su compra de deuda. Por el momento mantendrá igual su política de subida de los tipos, aunque ha optado por apoyar al mercado con unas adquisiciones “a la escala que sea necesaria”, una frase muy significativa.

Las compras estarán “estrictamente limitadas en el tiempo” y la operación estará avalada íntegramente por el Tesoro británico, para favorecer el desarrollo de la subasta.

El valor de la libra esterlina se ha desplomado con respecto al dólar estadounidense y ha alcanzado a su nivel más bajo desde 1971.

Volatilidad extrema de la libra tras sufrir una auténtica carnicería con un frenesí vendedor que trae ecos del flash crash de 2016. Tras el primer golpe, se ha recuperado algo, pero sigue en un clima de grave inestabilidad.

Y ahora los tipos de interés

El gobernador del Banco de España ha decidido poner una cifra al fin de la subida de tipos de interés del BCE para que inversores y empresas tengan una referencia. Según sus cálculos, se situará en el próximo mes de marzo entre el 2,25 y el 2,5%. Pablo Hernández de Cos ha hecho esta previsión, ya que según apunta, nadie sabe dónde se situará el tipo de interés terminal y los mercados no deben seguir siempre a ciegas.

El gobernador señala que para lograr el objetivo a medio plazo de que la inflación se sitúe en el 2%, los tipos de interés continuarán aumentando de forma lineal hasta marzo de 2023, que es cuando se sitúen en la horquilla prevista.

Al final de su reciente intervención pública en el Congreso de Directivos, Hernández de Cos se despidió con un mensaje de confianza: “Espero que mis palabras les hayan tranquilizado en lo que respecta a nuestra voluntad de frenar la inflación sin causar un sufrimiento innecesario a nuestros ciudadanos”.

Esperemos que acierte.