El pasado 14 de marzo, el Gobierno decretó el Estado de Alarma y nuestra vida cambió de repente. Hace mucho tiempo que el mundo no vivía una pandemia como ésta, y para la humanidad, un confinamiento global es algo completamente nuevo. Nunca imaginamos que viviríamos algo así.
Desde ahora, nada será igual. Esta crisis nos ha parado a todos en seco, pero sólo es cuestión de tiempo, y tras ella deberemos seguir adelante, con más fuerza si cabe. Hay que salir de la situación de bloqueo en cuanto podamos y pensar más allá, adelantándonos y analizando cómo vamos a construir el nuevo futuro que está a la vuelta de la esquina. Hay mucho por hacer, y con esperanza y optimismo podemos afrontarlo todo.
Estas situaciones sacan siempre lo mejor del ser humano. Ahora, las empresas debemos pensar en las necesidades de la sociedad en su conjunto. Es momento de darlo todo y sumar voluntades para hacer frente a esta complicada situación, que puede ser menos difícil con el trabajo y esfuerzo común. Sólo así, y no sólo con el “todo irá bien”, saldremos reforzados.
En KAPTA comenzamos cada día con la vista puesta en el futuro, que esperamos cercano; ese en el que, de nuevo, nos podamos reunir, abrazar y relacionar con normalidad. Y trabajamos con ilusión diseñando nuevos eventos para todos nuestros clientes, los de ahora y los que están por llegar.
Cuando todo esto pase, las marcas deberán volver a posicionarse y aportar valor, definiendo nuevamente su público. Los empleados necesitarán sentir, más que nunca, que son parte de un equipo. Y los clientes estarán ávidos de conocer todas esas soluciones que les podemos proporcionar. Tendremos que conectar con el cliente desde otro sitio, humanizar las marcas y reacomodarnos a la nueva realidad para salir reforzados y superar el desafío. Esta es una oportunidad para reinventarnos y construir un nuevo mundo.
Esta situación está siendo demoledora para un sector como el de los eventos, que es en esencia comunicación en vivo, experiencias y emociones compartidas con otras personas. A pesar del empujón que ha supuesto esta crisis para la transformación y digitalización de muchas empresas, nosotros, desde nuestra experiencia de más de 30 años, apostamos decididamente por la conexión personal y el abrazo. Al final, somos humanos, y el valor y la eficacia de los eventos como espacios de encuentro y convivencia es imbatible. La química que se produce en un encuentro entre personas no tiene equivalencia en el ámbito digital.
La economía es un estado de ánimo, y por eso lo importante es agitar las actitudes y ponerse cuanto antes a construir y diseñar un tiempo nuevo en el que muchas cosas van a cambiar. Para que el rebote de nuestro sistema económico sea inmediato, y su impulso muy fuerte, debemos planificar y pensar en el día después, en el momento de poner en marcha toda la maquinaria sin perder ni un minuto. De todos nosotros depende. El mundo no se para si tú no te paras.
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