El sector retail debe responder con agilidad a los retos de una sociedad en constante transformación, sin olvidarse de los “intangibles” en sus planes de marketing.

En los últimos años, el marketing ha evolucionado considerablemente para responder a las demandas de una sociedad que cada vez valora más la personalización y la especialización.

Las estrategias clásicas de marketing se han quedado obsoletas para dar paso a un modelo más ad hoc para cada sector, y por supuesto también para el retail.

Un sector muy cambiante que tiene que abordar, con agilidad y eficiencia, múltiples retos, especialmente en la situación actual. En un contexto en el que los “intangibles” ganan cada vez más peso, la medición de la rentabilidad de los planes de marketing es cuanto menos compleja.
No solo hay que tener en cuenta las ventas, sino otros atributos como la imagen de marca, reputación…
No obstante, es labor de todos los profesionales del sector profesionalizar las metodologías de medición para poner en valor la importancia de esos objetivos cualitativos.

Pero no estamos inventando nada nuevo. Las técnicas de marketing actuales suponen un paso más allá de las convencionales. Se basan en los principios clásicos, pero adoptan nuevos formatos para satisfacer a los consumidores de hoy. No son un cambio, sino una evolución.

La atención al cliente, por ejemplo, sigue siendo fundamental, pero hoy en día las herramientas han variado. Lo mismo sucede con la promoción, los patrocinios… Contamos con muchos más canales digitales que nos ayudan a mejorar los planes de marketing, pero no debemos olvidarnos de los físicos que, por lo que parecen predecir las tendencias en marketing, están más presentes que nunca.