Por Wenceslao Serrano.
En la mitología griega, Dioniso es uno de los considerados dioses olímpicos, es el dios de la fertilidad y por una misteriosa vinculación, también lo es del vino. Hijo de Zeus y Sémele, Dionysos posteriormente fue conocido por los romanos como Baco y el frenesí que inducía, bakcheia, bacanal.
Se habla mucho de maridaje con la comida en la buena mesa, pero se cita menos la relación con la música.
Giuseppe Verdi y Arrigo Boito crearon Falstaff, una opera deliciosa que nos habla de los caldos y sus efectos, que sin excesos nos acerca a la felicidad
Aunque el gordinflón de Falstaff no era precisamente pacato o asustadizo a la hora de enfrentarse a un caldo inolvidable, o incluso a uno poco delicado. ¿Qué habría pensado el bueno de sir John si hubiera probado un Lopez Cristobal Roble 2018? Probablemente habría declinado seguir formando parte de la Orden de la Jarretera y se habría lanzado, con mas ahínco si cabe, a disfrutar de su delicioso y amaderado sabor.
En un momento particularmente genial de la opera, los compañeros de borrachera de Falstaff (Bardolfo y Pistola) se niegan a ayudarle en sus conquistas amorosas actuando como mensajeros. Aducen la importancia del honor. No quieren prestarse a una maniobra inmoral en la que Falstaff trataría de seducir a las mujeres de dos adinerados burgueses de Windsor, para así apoderarse de su oro. A ello Falstaff, escandalizado, les responde que como se atreven ellos, borrachos, a hablar de honor si consumen sus días encerrados en tabernas de «mala muerte». Bueno, dejemoslo en de «mala nota».
El vino, otra vez, el vino, siempre. Y las distintas reacciones de los humanos. Verdi y Boito ven que el vino sume en un delirio de grandeza a algunas personas de inferior catadura moral, mientras que a otros como Falstaff les agudiza el ingenio y sus cualidades de brillantes picarones, los “rascals” a los que se refieren los ingleses, se refinan al máximo. Como la vida misma, el cielo y el infierno. Esta sensación se reproduce cada vez que nos deleitamos con un Lopez Cristobal Roble 2018.
Una buena comida y, sobre todo quien nos acompaña adquieren otra dimensión con dos elementos unidos, la música y el vino, los acordes que hace posible la armonía y el aroma afrutado de los caldos de la Ribera del Duero, es el caso de Lopez Cristobal Roble 2018.
Con este caldo de Roa nos llega un sabor excelso, exquisito, un vino que nos sugiere y nos habla igual que la música nos envuelve y nos eleva.
El crítico y teórico literario estadounidense y profesor de humanidades en la Universidad de Yale, Harold Bloom escribió “Si Hamlet es embajador de la muerte, Falstaff es la embajada de la vida”.
Cuando alcanza la mesa una botella de López Cristobal Roble, la uva llega de la finca la Linde, un viñedo con dos décadas de historia y, lo que es aún más importante, con mucha pasión.
Lopez Cristobal es BACCHUS DE ORO en el Concurso Internacional Premios Bacchus 2020, realizado por la Unión Española de Catadores (UEC).
Ficha Técnica
Composición Varietal: 95% Tinta del País, 5% Merlot.
Edad del viñedo: 25 años
Altura: 770 m
Origen: Finca la Linde
Suelo: Calcáreo-limoso
Vendimia: A mano en cajas de fruta y posterior mesa de selección.
Elaboración: Fermentación a 23 º C.
Edad de las Barricas: 1 a 3 años
Crianza en barricas: 3 meses en barricas roble francés 100%.
Crianza en botella: 3 meses.
Producción: 200.000 botellas.
Notas de cata: Color rojo cereza intenso, con reflejos violáceos. La perfecta conjunción fruta-madera, realza nítidamente su intensidad aromática. ( fresas, bayas y frutas del bosque ). Persistente en boca, resulta sabroso, muy bien estructurado; manteniendo su equilibrio muy personal permitiendo adivinar su breve contacto con la madera.
