El solo anuncio de que Marta Ortega, la hija del creador de Zara y el imperio Inditex, sucederá a Pablo Isla en abril hace que la empresa se hunda en bolsa.

El nombramiento le cuesta a su padre 1.183 millones de euros. Parece que los mercados no se creen la transición y el relevo ordenado que la empresa tenía preparada y ponen en duda su capacidad para afrontar el futuro.

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Ahora, los inversores consideran que la salida de Pablo Isla es un error, aunque la desvinculación sea de mutuo acuerdo con la compañía, al dejar un vacío a corto plazo.

Isla se ganó la confianza de Amarcio Ortega y ha estado al frente de Inditex 16 años, los 11 últimos como presidente ejecutivo, después de que el creador del grupo lograra lanzar marcas como Zara, Pull&Bear, Bershka o Stradivarius. En todo este tiempo, los analistas entienden que Isla es un ejecutivo de primer nivel, que ha logrado colocar la compañía en lo más alto al crear un valor con la mejor rentabilidad en la última década.

Para algunas fuentes, la salida de Isla no estaba prevista y, en realidad, se debe a un enfrentamiento con su en otro tiempo valedor, Amancio Ortega, que ha querido imponer a su hija al frente de la compañía. La consecuencia, la salida de una forma brusca, aunque pactada de cara a la galería. El tiempo dirá si el hombre que siempre acertó, esta vez se ha equivocado.