Debemos ayudar a crear ciudad desde la resiliencia y la adaptación a la forma de vida de sus habitantes
Los centros tienen una gran responsabilidad en la vida de las ciudades y su población; cuando un centro inicia su actividad en una ubicación determinada, contribuye a su economía, urbanismo y formatos comerciales presentes en la ciudad hasta el momento. Por lo tanto, sería un error vivir de espaldas a esa realidad y creer que nuestra actividad podría desarrollarse sin aportar algo bueno a su entorno.
A menudo vemos centros con nombres y elementos arquitectónicos que intentan acercarse emocionalmente a la población de su área de influencia, sea acertado o no, eso es querer crear ciudad o al menos una primera aproximación, pero el cliente siempre tendrá la última palabra.
No es suficiente con involucrarse en el modelo de ciudad donde están ubicados, sino que también deben partir del propio centro ideas y formas de entender la ciudad que complementen y se adapten a la manera de entender la vida de la gente. Solo de esta forma los clientes sentirán el centro como algo suyo, como si fuera de su propiedad, un centro con el que se sientan identificados y del que se sientan orgullosos, solo cuando llegas a ese punto podrás decir que estás más cerca de tener éxito.