Los estragos de la pandemia y el cambio digital en el horizonte provocan, de nuevo, una edición de Mapic para situar el punto de encuentro entre dos mundos, inmobiliario y comercial, hasta ahora siempre condenados a entenderse y negociar.

Semana de frío en la Costa Azul francesa, con el glamour de Cannes entre la neblina, con una Riviera Francesa que ha vivido durante los últimos 27 años la pasión para adivinar las tendencias del retail.

A la edición 2022 de Mapic han llegado 5.000 visitantes para ver stands muchas veces más pequeños y sobrios.

Austeridad en los medios y en los equipos humanos para acabar abriendo espacio a las nuevas tecnologías que son, a la vez, según se afirma, una apuesta inevitable que también genera, aunque no se reconozca, una cierta incertidumbre.

Se trabaja con operadores en proyectos de interés con acuerdos casi obligados, pero se busca esa chispa que, como en los viejos tiempos, permita iluminar con seguridad las decisiones.

La feria se diseñó para crear la oportunidad, el momento privilegiado y conocer a todos los actores. Un ritmo acelarado facilita los acuerdos y la firma de contratos para locales aquí y allá. La renta ral vez oscile y dependerá de variables que igual ahora no conocemos.

Un Mapic más internacional que otras veces, debido a la ausencia de grandes inmobiliarias francesas. Esta vez, conexión de Europa y Oriente Medio, mientras los outlets ganan cuota.

La novedad llega con el “retail village”, con marcas que indagan sobre nuevas tiendas para abrir. Nuevos operadores disputan el primer partido europeo para convertirse en cadena continental y jugar a lo grande.

Para los equipos y profesionales es también una ocasión para verse e intercambiar. Tantas cosas serán diferentes. Es preciso imaginar y, sobre todo, acertar. Al comenzar, se quería mostrar optimismo. Había motivos, la pandemia ya es solo una mala pesadilla y hay que quedarse con la capacidad de respuesta y resistencia. Ahora, de nuevo, esos nubarrones en forma de inflación nos muestran que habrá otro escenario.

Se ha recuperado el ritmo y los datos de afluencia son positivos. Habrá nuevas tiendas y, lo que es más importante, se diseñan nuestros proyectos. Pero hay una gran pregunta en el ambiente y casi nadie se atreve a definir las tendencias.