La pandemia ha acelerado los cambios que se venían produciendo en el sector y ha consolidado la importancia de la omnicanalidad

Un año y medio después del inicio de la crisis sanitaria, la sociedad y las empresas estamos empezando a recuperar la normalidad, gracias al avance de la vacunación contra el Covid-19. Si nos centramos en el segmento del retail, observamos cómo la pandemia ha acelerado la digitalización de todos los procesos y, a su vez, los consumidores han cambiado sus hábitos de consumo. Todo esto se traduce en que las compañías tienen el gran reto por delante de aprender a operar en un entorno cada vez más digital y tecnológico.

Con perspectiva, la pandemia no ha hecho más que acelerar los cambios que ya se estaban produciendo paulatinamente tanto en las empresas como en los clientes. Así, si una cosa está clara es que tras la Covid-19 se va a consolidar la omnicanalidad. Es decir, el retail tiene que asumir que todos los canales de venta tienen una importancia creciente. En la práctica, las compañías tendrán que adaptar a futuro el tamaño de sus tiendas físicas, para adecuarlas a sus necesidades; mientras refuerzan su presencia digital para hacer frente al aumento del comercio electrónico. De forma paralela, tendrán que poner el foco en conseguir que la experiencia de compra por parte de los clientes sea excelente en cada uno de los canales.

El retail será omnicanal, o no será. Además, las empresas tendrán que prestar atención en ser cada más sostenibles y respetuosas con el medio natural, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, que marcan la agenda global para los próximos años.