
Cada vez que hacemos una mención en redes sociales, visitamos una web, entramos en una tienda o interactuamos con sus empleados se generan datos.
Los datos en retail son el hilo conductor de todo el customer journey. Todas las áreas del negocio, desde los clientes, a los productos, empleados y operaciones, están íntimamente relacionadas. La capacidad de recabar grandes volúmenes de datos, integrarlos y analizarlos para obtener inteligencia permite ofrecer un servicio más proactivo y eficiente. Se trata, no solo de conocer a los clientes, sino de tener una visión 360° para comprenderlos.
El consumidor actual prioriza una experiencia excepcional frente a otros parámetros en sus compras. Está dispuesto a proporcionar sus datos, pero espera una experiencia de mayor calidad a cambio. Para los retailers significa cumplir con varias promesas como la personalización, un servicio profesional, un stock siempre disponible y compras integradas en todos los canales.
Al segmentar las audiencias y analizarlas, somos capaces de aumentar las ventas y reducir los costes gracias a una mejora del índice de fidelización. Al posibilitar customer journeys diferenciados, los clientes sienten que sus relaciones con las marcas son más auténticas.
Integrando la experiencia en los canales digitales y en la tienda, los retailers potencian además las capacidades de análisis omnicanal de extremo a extremo. Pero ¿cómo conseguir que la información recabada se transforme en acciones relevantes para la empresa? La respuesta es Tecnología. Tecnología capaz de recoger y procesar grandes volúmenes de datos a gran velocidad, unificar los datos de los sistemas de relación con clientes y transaccionales para después convertirla en información útil para cada una de las áreas del negocio.