Las animaciones deben ser creadas de manera lo más personalizada posible para cada centro comercial donde vayan a ser desarrolladas.

La animación debe convertirse en un elemento, que mejore la experiencia de visita de los clientes y que complemente y sea capaz de crear sinergias con la oferta de ocio y comercial de los centros y complementar también así a los retailers.

Un centro comercial debe ser un elemento vivo en el que constantemente ocurran cosas nuevas y ser un espacio integrador y dinamizador de la vida social, cultural, lúdica y comercial del entorno y de toda su población.

Los elementos fundamentales de una propuesta de animación deberían ser la capacidad para crear emociones, la interactividad, la originalidad, la viralidad, la diversión, el entretenimiento, la sostenibilidad, el compromiso social y por supuesto garantizar el cumplimiento de todos los protocolos de seguridad Covid.

Además, las animaciones deben ser creadas de manera lo más personalizada posible para cada centro comercial donde vayan a ser desarrolladas, para potenciar así la experiencia integral de los visitantes.

Durante este último año, se ha trabajado incansablemente para poder seguir desarrollando acciones de animación adaptadas a las nuevas medidas derivadas de las restricciones marcadas y garantizando el cumplimiento de todos los protocolos de seguridad establecidos, como prioridad absoluta.

Si por algo se ha garantizado siempre nuestro sector es por estar en constante adaptación y por ende también las acciones de animación y dinamización de los espacios comerciales, adaptándolas a las nuevas exigencias de los clientes actuales.

La batería de acciones de animación, anualmente diseñadas, debe alcanzar el conjunto de objetivos marcados en los planes de marketing y conseguir optimizar la inversión realizada, para satisfacer y mejorar la experiencia de clientes, retailers, propiedades, comunidades, administraciones y resto de actores implicados en la vida de los centros comerciales.