Cuando termine

Cuando termine

Cuando termine, lo primero que debemos tener en cuenta es que la reclusión no terminará de repente, sino que será escalonada y con altibajos, tal como está sucediendo en China. Será muy diferente la entrada al confinamiento, que fue abrupta y marcada por la ansiedad; de la salida, que será gradual y marcada por la desconfianza.

En cuanto al consumo, todo augura que no habrá una explosión del consumo, a pesar de que viviremos unos primeros días muy positivos. Tampoco parece que vaya a cuestionarse la sociedad de consumo. Durante estos días, los consumidores habremos adquirido nuevos hábitos, como un desbordado consumo de pantallas, compras de alimentación más planificadas, descenso altísimo en sectores como la ropa, decoración, ocio presencial etc., o cambios más profundos, como son los aprendizajes intergeneracionales que se dan en los hogares: tanto de los más jóvenes, que recuperan hábitos de los adultos, como, sobre todo, de los mayores, que se habitúan al comercio electrónico gracias a sus hijos.

Cuando termine, la mayoría de estos hábitos no perdurarán, porque se intentará que la vida sea cómo antes. Por lo tanto, se volverá a comer con poco tiempo, se recuperará parte de la presencialidad laboral, o volveremos a sentir como imprescindibles ciertas compras que ahora parecían superfluas. Tal como sucedió con la crisis del 2008, se mantendrán sólo los hábitos que nos aporten un claro beneficio. Para algunos será consolidar ciertas compras electrónicas, pero para otros puede ser un replanteamiento de sus necesidades y su escala de valores, apostando por conductas posmaterialistas.

Futuro para el retail

Cuando termine, para el retail se inicia una nueva era; difícil si nos coge desprevenidos, ya que venimos de dos años muy negativos para gran parte del sector. Debemos aprovechar este momento para repensarnos, formarnos y tener una clara estrategia para volver al mercado, en un primer momento en el que el consumidor empezará con muchas ganas de volver a ver tiendas físicas. De entrada, tenemos que evitar que durante el confinamiento el cliente nos olvide, por lo tanto, hay que diseñar y planificar una buena estrategia comunicativa, principalmente, en las redes sociales. Hay que entretener, ayudar, enseñar y, sobre todo, conseguir que sepan que nos encontrará allí, cuando todo esto pase.

Una vez puedan abrir, los que sobrevivan (que al principio serán la mayoría), deben tener en cuenta que nos llegará un cliente con muchas ganas de comprar, pero con menos dinero y cierto miedo a la proximidad con otras personas. Este inicio con muchas ganas durará poco, por lo tanto, los primeros días serán claves para fidelizar de nuevo a los clientes.

Lo positivo que puede sacar el retail es que ahora tiene un valioso tiempo para formarse, reflexionar y aprender a afrontar un nuevo orden comercial, que hace años que se está gestando. También es tiempo de renegociar alquileres, ya que en muchas poblaciones la situación está siendo insostenible. Una vez pasen los días, los negocios con más músculo financiero y pasión por lo que hacen se encontrarán con menos competencia y, si se han preparado bien, han renegociado alquileres y tienen flexibilidad y capacidad de innovación, podrán seguir adelante durante muchos más años, superando las continuas crisis.

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