Mientras los analistas y profesionales coinciden en la necesidad de reinventarse, por muchas razones además de la pandemia, la realidad es que el mundo de los centros comerciales tiene que cambiar su modelo y diseño. En este contexto, algunas entidades, como el caso de la británica Barclays apuntan que convertirse en meros almacenes logísticos sería una estrategia fallida, ya que el valor de la propiedad disminuiría entre un 60% y un 90%.

Si llegan a confirmarse los cálculos de que cerrarán alrededor de 10.000 tiendas minoristas en Estados Unidos durante 2020, todo el mundo del comercio y de los centros comerciales se verán afectados en gran medida, sobre todo pensando en un efecto dominó.

El estudio de la entidad británica apunta como punto de partida, que si un local cierra, provoca que haya menos afluencia y que, por lo consiguiente, se vean perjudicadas las ventas del resto de las tiendas.

El impacto del Covid-19 en el sector puede provocar que el mercado tenga que verse obligado a un esfuerzo de adaptación.

Mientras tanto, los inversores ponderan con prudencia sus opciones esperando que la crisis empiece a mostrar que se puede superar, sobre todo porque el capital internacional lleva demasiado tiempo esperando para volver a la recuperación.