Instituciones del mundo financiero alertan del peligro de una inflación persisitente. En concreto, un fondo noruego asegura que la subida de precios será permanente.

La consecuencia inmediata es que habrá bajas rentabilidades mientras se mantenga la escalada de precios incesante. Todas las alarmas se han encendido, aunque se ha moderado en enero hasta el 6%. Este aviso a los inversores se produce después de que la inflación alcanzara su nivel más alto en más de dos décadas en las principales economías del mundo.

 La recuperación, en peligro

La situación actual genera que el incremento de los precios acaba la rentabilidad del alquier, por primera vez en 15 años.

Otro enfoque del problema indica que la inflación resta fuerza al crecimiento y complica la gestión de los fondos europeos. Al final, los ciudadanos tendrán menos dinero para el consumo, los ahorradores verán mermados sus recursos y los beneficios de las empresas no alcanzarán para nuevas inversiones que aseguren el crecimiento y la nueva creación de empleo.

Con la vuelta de la inflación, de nuevo tenemos que fijarnos en un problema del que durante muchos años nos habíamos olvidado, pero estamos en la cuesta de enero, que sigue en febrero, en cualquier caso, la más empinada para los españoles en los últimos 30 años.