El mundo de las salas de cine y la ausencia de espectadores provoca una crisis a los centros comerciales de Estados Unidos que puede acabar generando un profundo proceso de renovación, inevitable e imprevisible.
Al no contar con clientes en los cines, el problema se traslada a los restaurantes y al resto de tiendas de los centros, lo que acaba produciendo un efecto cascada con múltiples peticiones para rebajar o aplazar el pago de las rentas de alquiler.
AMC, la cadena de salas de cine más grande del mundo, anuncia que puede quedarse sin efectivo para finales de año, algo que aumentó la preocupación de más cierres después de que su rival Cineworld acaba de echar el cerrojo de forma indefinida en sus más de 530 salas de cine Regal.
Los cines y los restaurantes eran los motores de multitud de centros comerciales que ahora ven peligrar sus previsiones y hasta su modelo.
Mientras tanto, en Europa, la pandemia azota con fuerza a las calles de las principales ciudades. Así, por ejemplo, en Gran Bretaña, ha provocado el cierre de más de 11.000 tiendas durante la primera mitad de 2020.
