Amenazas y oportunidades: El nuevo retail

Amenazas y oportunidades: El nuevo retail

A medida que la pandemia se ha ido prolongando en el tiempo, la crisis económica ha ido afectando con mayor o menor intensidad a unas u otras industrias. El sector del turismo, vital en nuestro país, ha sido el más afectado, lo que también tiene una influencia negativa en el retail.

Por ejemplo, durante las últimas navidades, los españoles se gastaron un 25% menos que el año pasado en sus compras, aunque no todas las categorías del comercio minorista se han visto afectadas con la misma intensidad.

La moda ha sido la más afectada por el covid, mientras ha sido decisivo el nivel tecnológico que haya adoptado cada retailer, ya que los que se habían adaptado con anterioridad se han visto menos impactados.

Otro escenario en el centro del cambio

Por otra parte, otro efecto derivado de la situación excepcional que deja tras de sí el coronavirus es la conducta de los consumidores. Pese a que la mayoría todavía acude a tiendas y establecimientos de forma presencial, la tendencia a comprar por Internet se ha disparado hasta el punto de que en torno a dos terceras partes afirmaba cuando era preguntado antes de las navidades que pensaba realizar sus compras en internet, cuando este número se situaba en torno a la mitad hace tan solo un año.

El mismo porcentaje, en torno al 70% se decanta por el lugar dónde realizar el gasto, con una clara inclinación hacia el producto local; mientras cada vez en mayor medida el consumidor de hoy mira más el precio y, al mismo tiempo, se muestra comprometido con la sostenibilidad.

El peso de la tecnología gana terreno al ganar importancia el uso de los dispositivos electrónicos.

El elemento digital igualmente implica que los retailers proporcionen al consumidor prestaciones a la altura de las circunstancias, cumpliendo las expectativas de manera eficaz.

Es clave la resistencia y la agilidad, tanto en sus redes como en las de sus socios y proveedores, para hacer frente al aumento de los costes de entrega y evitar interrupciones en la cadena de suministro.

Una gran parte de los consumidores elegirá el lugar de compra donde pueda pagar con el móvil o el reloj inteligente, así como disponer de la opción donde probarse ropa virtualmente.

Habrá que contar con tiendas que ofrezcan escanear un artículo para verlo en distintos colores, sabores o aromas.

Las soluciones en las que trabajar apuntan a la personalización para utilizar las grandes cantidades de datos procedentes de las interacciones con los usuarios para tratarles de una forma individual, en la que se sientan reconocidos.

La humanización para comunicar la conciencia social y la importante labor desempeñada por los propios comercios durante los meses más duros de la pandemia.

Ser eficientes, de forma que el retailer debe cuidar todos los procesos productivos para hacer una entrega sostenible, rentable y eficiente para sus clientes.

En resumen, los mejores serán los que sepan analizar ágilmente este perfil emergente de consumidor y cubran sus expectativas y experiencias a medio plazo. Para hacerlo deben contar con un elemento tan importante como la sostenibilidad, ya que los compradores serán conscientes de cómo reciben los productos. Se fijarán críticamente en los plásticos de los embalajes y en el uso excesivo de papel.

Pero no es lo único, hoy se piensa en bienestar personal, es decir, salud física y mental, así como el entretenimiento educativo surgido de formas novedosas de conectar y crear. Reinventarse de nuevo exige entender este tiempo diferente en cambio permanente.

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