Confusión con las rebajas

Confusión con las rebajas

Justo cuando el mundo del comercio estaba empezando a dar los primeros pasos para reabrir las tiendas y que las ciudades puedan recuperar al menos una cierta normalidad, se produce una confusión en torno a una de sus herramientas preferidas, las rebajas.

En un primer momento, en la vorágine de normas y decretos, el gobierno había mostrado su rechazo a las rebajas en las tiendas, según publicaba el BOE; pero el ministerio de Industria matizaba que se podrían llevar a cabo, respetando algunas limitaciones. La polémica estaba servida y tras varias comunicaciones, dimes y diretes, Sanidad corregía a Comercio y señalaba con contundencia su negativa a las rebajas para evitar aglomeraciones. Es decir, más incertidumbre y ninguna solución.

El departamento de Industria, Comercio y Turismo, que dirige Reyes Maroto, se había atrevido a ofrecer su interpretación condescendiente sobre la Orden de Sanidad. La Orden de Sanidad  establecía en una disposición adicional que “los establecimientos abiertos en la fase 1, de menos de 400 m2, no podían anunciar ni llevar a cabo acciones comerciales que puedan dar lugar a aglomeraciones de público, tanto dentro del establecimiento comercial como en sus inmediaciones”.

En esas líneas no se precisaba nada sobre la convocatoria de las rebajas; pero sí en el siguiente párrafo en el que se especifica: “esta restricción no afectará a las ventas en rebaja ni tampoco ventas en oferta o promoción que se realicen a través de la página web”. Es decir, se entendía que las rebajas solo podían hacerse por el canal online.

Se dejaba libertad al competidor digital, lo que generaba estupor en un sector vital para la recuperación económica y hasta para la vitalidad de las ciudades, no solo por la trascendencia para el empleo de esta actividad económica esencial, sino también por el protagonismo decisivo para el equilibrio anímico de los ciudadanos, que buscan, cuanto antes, volver a algo que se parezca a la normalidad. Finalmente Sanidad da marcha atrás, el Gobierno cambia de criterio y se abre finalmente a que haya descuentos incluso en los lugares que siguen en fase 0, aunque el ministerio de Sanidad establece que, en el caso de producirse una gran afluencia de personas, deberá procederse al cese inmediato de estas promociones “si fuera necesario”.

La nueva orden introduce una disposición adicional que modifica la orden del 9 de mayo y que deja claro que se podrán hacer rebajas en tiendas físicas, siempre que no den lugar a aglomeraciones que impidan el cumplimiento de las medidas sanitarias destinadas a evitar la propagación del virus.

La vuelta del comercio representa una gran esperanza y, como ha hecho siempre, necesita las rebajas; pero la confusión generada empaña su capacidad para impulsar la recuperación económica. Esperemos que pronto alguien sepa trasladar a tiempo, como sí se hizo en otro tiempo no tan lejano, el verdadero significado del comercio y su trascendencia en la sociedad de hoy.

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