Inditex comienza a cerrar tiendas en las principales calles de España, en un proceso de cambio profundo que muestra claramente cuál es la nueva tendencia.
Si durante años, el éxito al abrir un centro comercial estaba asegurado si se lograba contar con la apertura de Zara y el resto de marcas del grupo gallego, ahora el mercado percibe con temor justo la evolución contraria.
Se han alcanzado acuerdos con los sindicatos para reubicar a los trabajadores, pero la posición es clara. Hasta abril, el grupo gallego absorberá 79 establecimientos, que cuenta con una plantilla de 818 empleados, de sus cadenas Zara, Massimo Dutti, Bershka, Oysho, Pull&Bear y Stradivarius.
El grupo renuncia a las llamadas calles principales y abandonará un gran número de centros comerciales, algunos tan destacados como L’illa Diagonal, en Barcelona.